El s. XIX supone a nivel político para España, también, la llegada del Liberalismo. A pesar de las dificultades habidas y su lentitud, nuestro país empieza a dejar atras el Antiguo Régimen y sus señas de identidad: Monarquía Absoluta que concentra poderes; Sociedad Estamental fundamentada en privilegios; y una Economía Agraria de subsistencia. Ahora se empiezan a conseguir objetivos políticos liberales, con una monarquía que aún sigue manteniendo poder, pero debe ya compartirlo con otras instituciones, erigiéndose el principio de Soberanía Nacional (aunque con sufragio censitario)y apareciendo los poderes Ejecutivo (gobiernos), legislativo (Parlamento) y judicial (tribunales de justicia independientes) separados; también la implantación de constituciones (1812,1837, 1845, 1869, 1876...) con el establecimiento de derechos y libertades (aunque fueran muy restrictivas); y empieza el juego y existencia de partidos políticos liberales. Por otra parte, la economía empieza a desprenderse del sector primario, aunque de manera muy lenta y restringida, con una burguesía muy precaria. Todo ello dejará atrás el mundo político tradicional, que había durado centurias, y se avanzará lentamente hacia principios democráticos con mayores consecuciones.
La curiosidad es un ingrediente esencial para aprender
